26.8.07

Espiritualidad infantil


Rebecca Nye, que aparece en la foto de la izquierda, es doctora en psicología del desarrollo, investigadora de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) y profesora en la facultad de Pedagogía de la Universidad de Anglia (RU). Además, es instructora acreditada de Godly Play.

El pasado 3 de julio, la Dra Nye presentó una ponencia sobre la espiritualidad infantil, dentro de la conferencia anual del College of Health Care Chaplains (Colegio de Capellanes Sanitarios), que tuvo lugar en Edimburgo (Escocia) bajo el título Spiritual Care in Pediatrics: Child's Play? (La asistencia espiritual en la pediatría, ¿un juego de niños?).

En su ponencia, Rebecca Nye describió el panorama global de la espiritualidad infantil, ilustrándolo con hallazgos de su propia investigación y varias anécdotas sacadas de la misma. De esta manera trató la complejidad de la experiencia y la perspicacia espirituales de los niños. La charla terminó con algunas de las características de una respuesta apropiada por parte de los adultos en su trabajo con niños, especialmente la labor realizada por capellanes con niños hospitalizados. La ponente resumió dichas características empleando la siguiente ayuda mnemotécnica basada en la palabra inglesa SPIRIT: Space (espacio), Process (proceso), Imagination (imaginación), Relationship (relación), Intimacy (intimidad) y Trust (confianza). Como bien indicó la Dra Nye, estas mismas características son las claves fundamentales de Godly Play.

Puedes escuchar y descargar la ponencia completa (en inglés) en formato mp3, pulsando AQUÍ y AQUÍ.

16.8.07

Referencias a Godly Play en la literatura religiosa / 7


En vez de una alusión explícita a Godly Play en sí, se trata más bien de una referencia a Jerome Berryman, autor del método. Un artículo reciente publicado en Catalizador (Agosto 2007), el boletín de la Unión Bíblica Internacional, muestra cómo Berryman recomienda una aproximación abierta a las historias bíblicas por medio de una serie de preguntas de reflexión que ayudan al lector/oyente a adentrarse personalmente en las mismas.

El artículo, 'Abriendo la Biblia con los niños', fue escrito por Wendy Strachan, coordinadora internacional de los ministerios entre niños de la Unión Bíblica, y es una versión abreviada de su ponencia acerca de 'Los niños y la interacción con las Escrituras', que se realizó en la Consulta sobre el Uso de las Escrituras en el Mundo, convocada por ILV/Wycliffe en marzo de 2006.

He aquí algunos extractos del artículo:
«Hay por lo menos tres aspectos principales en la tarea de abrir la Biblia. Las tres interactúan para abrir la puerta hacia una relación transformadora con Dios. Invitamos a los niños a que:
  • exploren la narrativa bíblica con su imaginación;
  • construyan un marco de comprensión;
  • respondan de maneras moldeadas por la Palabra de Dios – en adoración, en pedir perdón, en llegar a ser ‘siervos de un mundo en necesidad’.
1. Explorar el texto de la Biblia con su imaginación

La Biblia es un Relato Grande en el que los niños pueden participar; pueden ‘meterse dentro’. Su enfoque es un verdadero ser humano, Jesús, quien ha luchado por el bien contra el mal – ¡y ha vencido! Pero este no es un cuento de hadas. Las cosas no siempre salen como a nosotros nos parecen que deberían salir.

No es un error de parte de Dios que la mayor parte de la Biblia sea narración. A través de la imaginación, el niño entra al relato con sus emociones, su mente y sus experiencias. Llega a ser su relato. Se descubre a sí mismo, descubre su mundo y descubre a Dios, y empieza a escuchar lo que Dios le dice. El adulto está ahí para ayudar con el trasfondo bíblico que sea necesario y para ayudar a que se forjen conexiones auténticas, pero la interacción principal es entre el niño y Dios.

Jerome Berryman es una de las personas que ha insistido en la importancia de la imaginación del niño en la interacción con la Biblia. Él ha desarrollado un enfoque en el que anima a los niños a que ‘se pregunten’ en cuanto al relato bíblico. Evita atestar la narración con detalles adicionales y simplemente abre las Escrituras al invitar a los niños a que tranquilamente se hagan preguntas. Las respuestas que surgen son muy distintas a las respuestas ‘correctas e incorrectas’ a las preguntas basadas en la información que con tanta frecuencia hacemos.

Un ejemplo: La sanación de Bartimeo en Marcos 10
  • ¿Cómo se sentirá ser ciego?
  • ¿Cómo se sentirá ver por primera vez?
  • ¿Por qué será que Jesús escuchó a Bartimeo cuando los demás le decían que se callara?
  • ¿Por qué será que Jesús se acercó a Bartimeo cuando los demás no le daban importancia?
  • ¿Por qué será que lo primero que hizo Bartimeo después de recibir la vista fue seguir a Jesús?
  • ¿Cómo se habrá sentido Bartimeo al seguir a Jesús camino a Jerusalén?
  • ¿Qué habrá pasado con su capa?
  • ¿A quién te pareces tú en este relato?
Si invitamos a los niños a que ingresen a la narración bíblica en su imaginación, podemos esperar una gama de reacciones porque cada niño es único. No es necesario que se considere una respuesta mejor que otra; siempre que creamos que Dios está obrando, no prescribiremos una sola ‘reacción correcta’. Un tiempo atrás, estuve conversando con obreros entre niños en la India en cuanto al relato en el Nuevo Testamento del hombre cuyos demonios fueron arrojados a una manada de 2000 cerdos. Un obrero me habló de una niña que se sintió conmovida al darse cuenta que Jesús consideraba que una persona valía más que tantos cerdos. Otro obrero mencionó que un niño se sintió indignado que Jesús pudiera aparentemente destrozar el sustento de una persona. Un relato, un Dios, dos niños, dos experiencias, dos respuestas.»
Ver también:
Referencias a Godly Play en la literatura religiosa / 1
Referencias a Godly Play en la literatura religiosa / 2
Referencias a Godly Play en la literatura religiosa / 3
Referencias a Godly Play en la literatura religiosa / 4
Referencias a Godly Play en la literatura religiosa / 5
Referencias a Godly Play en la literatura religiosa / 6


11.8.07

Referencias a Godly Play en la literatura religiosa / 6


Otro texto alusivo al Dios que juega y que nos invita a participar en su juego -aunque no explícitamente al método de Godly Play- es el libro del teólogo brasileño, Rubem Alves, titulado: La teología como juego (La Aurora, Buenos Aires, 1982). No he leído aún esta publicación, pero sí a varios blogs y webs que hacen referencia a ella.

Uno de los sitios, la web del Consejo Unido de Educación Cristiana (CUEC), tiene un breve artículo titulado La teología como juego. He aquí algunos extractos del mismo:

«No hace mucho tiempo que me di cuenta de la importancia teológica del juego. Se comprende con facilidad que la tolerancia y la generosidad sean consideradas signos del Espíritu. Pero que el juego pueda ser presentado como una virtud teologal, parece insólito y ofensivo a la seria tradición del estilo teológico de vivir y pensar [...]

Me acordé de Jesús, dulce y sonriente, diciendo 'a menos que dejéis de ser como sois y os volváis como los niños, nunca encontrareis el Reino de los Cielo' [...]

No me había dado cuenta, a primera vista, que el texto no habla de los niños. Habla sobre los adultos. Maldición sobre los que han crecido. Prohibición de su presencia en el Reino. Jesús se ríe de los adultos y los invita a jugar. Y ellos se quedan sin saber qué hacer con sus cosas serias, tales como inversiones en la bolsa, tesis de doctorado e insomnio, cosas que los niños no conocen [...]

Sugestión extraña la de Jesús: el presente orden debe morir para que nazca un mundo nuevo. Jugar significa, precisamente, no tomar en serio lo que está ahí y encima de su esqueleto comenzar a construir algo nuevo. Danzar, en el presente, por medio de símbolos y sacramentos, la resurrección del cuerpo, realidad por la que se espera, hacia donde se inclinan nuestras nostalgias. Cuerpo nuestro, cuerpo de Cristo, la naturaleza, el mundo todo, gozando de la realización del amor. El encuentro del deseo que nos soñó; placer puro, completo, total, cuando se descubre que existe apenas un sentido posible para la Gloria de Dios, que es precisamente la felicidad de los hombres.»
Otro sitio es el blog 'Voces de Sur', donde su autor, Nicolás Panotto, escribe una entrada sobre El juego de hacer teología, citando varias veces a Alves. A continuación, reproduzco unos extractos:

«[...] La teología es como un juego, dice Alves. Ese juego que siempre evoca a la imaginación. “Ve cosas donde no las hay” y las proclama como verdades. Es en este juego de imaginación, de creación y de inventiva donde los teólogos y las teólogas son considerados como seres extraños, que se ríen de la realidad pero que dicen lo que ven, y a partir de allí hablan y comparten ese mundo de fantasía, que no por ello quiere decir que sea irreal sino más bien la imagen de un hecho, de un lugar o de una historia tejida con los hilos de la vida, de las risas, de las tristezas, de los gritos, de las angustias y de las esperanzas [...]

Este espacio desde donde se hace teología no es más que el mundo representado por la vida misma, con sus luces y oscuridades, con sus idas y vueltas, con sus avances y retrocesos. Por eso la teología es un juego: son palabras y acciones que nos permiten “ir más allá”, gritar a viva voz o susurrar en el silencio nuestras vivencias, imágenes, esperanzas, deseos y sentimientos hacia aquella Realidad Suprema que todo lo ve, todo lo abarca, todo lo escucha. Y es en este juego donde a veces se pierde, a veces se gana, a veces uno sale golpeado, pero, al fin, siempre se está jugando y se crean esas historias que forman nuestra identidad.

Este juego no es solitario. Se da en un lugar concreto y con la compañía de muchos amigos y muchas amigas con quienes compartir, amar, pelear, enojarse, emocionarse. Estas, al fin y al cabo, son las experiencias claves del juego. Un juego abierto a mis compañeros y compañeras que desearon estar allí junto a mí, darse a conocer tal cual son y amarme tal como soy.

Y es así como descubro la persona de ese Dios que nos permite ser, que nos mira jugar y que nos deja entrar en ese fascinante juego que es precisamente “ver dónde se encuentra”. Ver la manera original que utilizará para darse a conocer, para que le veamos y digamos: “¡Allí está!”. A veces nos cuesta descubrir dónde está. Muchas veces se encuentra bien escondido, otras “a la vuelta de la esquina” sin poder verle pero sabiendo que está cerca. En fin, siempre está presente en el juego de la vida. Y precisamente es parte de este juego ir juntos y juntas pensando, caminando y soñando sobre las vivencias, las experiencias y los sentimientos de ese juego fascinante, escenario de la manifestación divina [...]»
Ver también:
Referencias a Godly Play en la literatura religiosa / 1
Referencias a Godly Play en la literatura religiosa / 2
Referencias a Godly Play en la literatura religiosa / 3
Referencias a Godly Play en la literatura religiosa / 4
Referencias a Godly Play en la literatura religiosa / 5

Referencias a Godly Play en la literatura religiosa / 5


No se trata de una referencia explícita a Godly Play (aún no se conoce suficientemente este método en el mundo de habla hispana). Sin embargo hay muchas alusiones a un Dios juguetón -lo cual, como sabéis, es el meollo de Godly Play- en el artículo titulado 'Un niño nos pastoreará: Relectura de la Biblia desde la infancia' , por Edesio Sánchez Cetina (La Biblia en las Américas, Volumen 57 / Número 261 / No. 6 del 2002, Sociedades Bíblicas Unidas).

He aquí algunos fragmentos del artículo:
«[...] Ese es exactamente el valor del juego; la posibilidad de romper con la monotonía de una vida que mantiene las cosas como son o como el “adulto” quiere que sean. Lo peculiar del juego es la creación de un momento en el que lo que cuenta es el sujeto del juego, no las reglas. Estas se cambiarán en el próximo juego. Por ello, la teología que surge en este contexto no puede sistematizarse. Lo único seguro en el juego es lo novedoso, lo sorpresivo, la libertad que se vive. Y ese momento del juego, por más efímero que parezca ser, se convierte, por ser “evangelio” en eternidad. Por eso es que de los niños es el reino de Dios. Esta es la verdad que se presenta en las Crónicas de Narnia de C. S. Lewis. Los niños entran al mundo de Narnia, y en él vencen al mal, desencantan brujerías y hacen triunfar la justicia; y cuando regresan al mundo adulto de la “realidad”, el reloj apenas señala que ha pasado un minuto.

El libro de Josué, que mira un momento de la historia de Israel desde la óptica del libro de Deuteronomio, es una obra en la que se respira un ambiente litúrgico y festivo, es decir, lúdico. En él, la ironía, el humor y la sorpresa ocupan un lugar privilegiado. Para mí, es uno de los libros de la Biblia en donde Dios aparece como un gran juguetón. Se burla del enemigo y se ríe de las autoridades de su pueblo que quieren hacer las cosas a su manera, a lo adulto. Los personajes favoritos de su historia no son los generales de guerra ni las autoridades religiosas de la nación, sino una prostituta (cap. 2) y los gabaonitas (cap. 9): un pueblo vulnerable que salvó el pellejo por su astucia e ingeniosidad. Los antihéroes son los ricos y poderosos que viven entre las murallas de las ciudades estado, y Acán, aquel soldado que ávido de poder y riquezas quiso quedarse con las “fichas” del juego [...]

Veamos más de cerca a Josué; leámoslo desde la perspectiva infantil. La primera persona extranjera (cananea) que llegó a formar parte del pueblo de Dios fue Rahab, la prostituta que vivía en la frontera entre el lugar protegido de los poderosos y el terreno abierto y desprotegido de los campesinos y obreros. Ella fue la primera heroína porque se burló del rey y de las autoridades de Jericó al demostrar qué tan vulnerable era la gran ciudad amurallada de ser penetrada por el pueblo “enemigo”, Israel; en el juego del “escondido” ella fue la ganadora.. Dios llevó a su pueblo a la victoria, usando a esta mujer como “ayudante”, e invitando al pueblo a conquistar a la “impenetrable” Jericó (Jos 6.1) no por medio del músculo militar, sino por medio del juego litúrgico. Es verdad, el liderazgo de Josué no es el liderazgo militar, es el liderazgo de un director de banda o líder de un juego. Jericó cae no porque sus murallas se desplomaron abatidas por la fuerza de tanques de guerra, o se hicieron añicos por la fuerza de rocas lanzadas por enormes catapultas, sino por la algarabía de gargantas y trompetas que marcharon alrededor de la ciudad [...]

El relato de la burra de Balaam (Nm 22.21 35) narra otro de los juegos de Dios donde se encuentra la sorpresa, el humor y lo “normal” transformado por lo fantástico. La figura infantil es, por supuesto, la burra. (¿Recuerdas en Platero y yo el trozo titulado “La miga” en donde el autor visualiza al burro en la escuela estudiando con los niños?). Ella es la protagonista del relato. La principal acción del relato (“ver”) tiene por sujeto a la burra; no a Balaam. ¡Qué ironía! El profeta que por su profesión podía “ver” lo que otros ojos humanos no podían, ahora era incapaz de ver al ángel de Dios con la espada en la mano, dispuesto a matarlo. La única que tenía “ojos” para ver el peligro y así salvarle la vida a Balaam era la burra. Dios utiliza un animal a quien prácticamente todo mundo considera bruto, terco y nada inteligente como instrumento en sus manos para salvar a su pueblo y a Balaam. Tres veces la burra ve lo que el profeta no puede, y tres veces recibe azotes por actuar como la verdadera profetisa. Sólo cuando Dios actúa directamente, Balaam puede “ver”, y cae en cuenta que su burra había sido más inteligente, más dispuesta a tomar las decisiones correctas y menos terca. El profeta se convierte en “burro” y la burra en verdadera profetisa de Dios. Por eso, ella no sólo tiene la capacidad de ver, sino hasta de hablar; (qué extraño, una burra que habla! Pues sí, en el mundo del Dios niño, (hasta los burros hablan! Es tan grande el amor de Dios que cuando se ve orillado a hacer uso de los absurdos, lo hace sin apologías. Para Dios no hay instrumentos indignos en los quehaceres del reino. Sólo se hace indigno aquel que se opone o no entiende el juego de Dios. Si la serpiente (Gn 3), a quien las culturas antiguas consideraban símbolo de la inteligencia y la sagacidad, profirió palabra de mentira y muerte, ¿por qué la burra, a quien la literatura y sabiduría popular consideran ejemplo de ignorancia y necedad, no podía proferir palabra de vida? En el mundo del juego divino, el mundo del “revés”, los burros tienen palabra de sabiduría y son creadores de vida.

Si deseas entender el mensaje bíblico en toda su dimensión, penetra en él con ojos de niño. Sólo así no te sorprenderá que una multitud de más de cinco mil personas se alimente con cinco panecillos y dos pescados asados, que el agua se transforme en el mejor de los vinos, que Jesús camine sobre el agua, que Dios haya elegido la cruz como escenario de salvación universal y que una tumba vacía declare el triunfo de Jesús sobre la muerte [...]»
Ver también:
Referencias a Godly Play en la literatura religiosa / 1
Referencias a Godly Play en la literatura religiosa / 2
Referencias a Godly Play en la literatura religiosa / 3
Referencias a Godly Play en la literatura religiosa / 4